Marco Fabio Quintiliano es
el más universal y conocido de los hijos de Calahorra, se cree que
nació en torno al años 35 d.C, en Calagurris Nassica Iulia, actual
Calahorra en
la provincia hispano-romana de la Tarraconense.
Hijo
de una familia noble, su padre era profesor de oratoria y lo envió a
estudiar a Roma. Cuando completó sus estudios en retórica, regresó
a Calagurris donde estuvo desde el año 60 hasta el 68, cuando el
emperador Galba (gorbernador de la Tarraconense nombrado por Nerón)
lo llama como consejero.
Vuelve
a Roma en el año 68 tras el asesinato de Nerón, cuando Galba es
proclamado emperador, y desarrolla una brillante y reconocida
carrera de veinte años como abogado y profesor de retórica. Pronto
adquirió prestigio en sus dos actividades profesionales, su fama de
profesor se expandió por todo el imperio, al ser considerado uno de
los más grandes retóricos de Roma.
Abrió
una escuela pública de retórica que obtuvo un gran éxito. El
emperador Vespasiano le otorgó la primera cátedra de retórica
pagada por el Estado, siendo el primer profesor que recibía un
salario público. Le fue encomendada la educación de los sobrinos de
Domiciano y los hijos de la emperatriz Domitilla.Tras veinte años de ejercicio profesional se retiró para dedicarse exclusivamente a escribir. Escribió primero un diálogo que se ha perdido en el que expone su propia posición sobre la creciente corrupción del arte de la elocuencia "De causis corruptae eloquentia" y poco antes de fallecer, divulgó su obra más importante, que ha llegado íntegra hasta nosotros “De Institutione oratoria”. Consta de 12 libros y es un manual de la enseñanza que recibía un niño desde que entraba en la escuela hasta que se convertía en orador adulto. Es un texto de gran claridad y brillantez expositiva, marcado por las enseñanzas de Cicerón y las décadas de experiencia docente de Quintiliano. Defiende la formación disciplinada e íntegra del orador, y su compromiso con la res publica. Fue un libro muy apreciado e influyente en los pedagogos y pensadores renacentistas.
El fin de su vida está señalado con una serie de dramas familiares: el mismo año de su retiro, 89, perdió a su mujer, que tenía 19 años; en el 90, a su hijo primogénito, que tenía cinco años; en 95, al segundo, con diez.
Murió probablemente poco antes del asesinato del emperador Domiciano, en el año 95 en Roma.
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