jueves, 19 de enero de 2017

SUMO

Hoy os voy a hablar del Sumo, el deporte nacional y exclusivo de Japón desde épocas inmemoriales. La cultura nipona mantiene intactas gran parte de sus tradiciones, encantando a seguidores no tan sólo en Japón, sino que también del resto del mundo. Tanto ha sido la admiración de los japoneses por esta actividad, que en la antigüedad solía ser uno de los espectáculos preferidos de los emperadores nipones.


Este deporte consiste en un combate entre dos luchadores (rikishis) en una plataforma llamada dohyo que tiene el suelo de arena. El ganador de la pelea es quien logre que su rival toque con alguna parte de su cuerpo el exterior del ring, utilizando para esto posturas claves, su fuerza y concentración.
Casa uno de estos enfrentamientos son celebrados en estadios y con gran afluencia de público, quienes puedes escoger entradas generales o VIP, como en España cuando vamos a ver el fútbol. Las entradas VIP dan derecho a un palco privado de no más de cuatro asientos donde se puede cenar y compartir con los amigos mientras se disfruta del Sumo.


Luchadores de Sumo
Los rikishi se caracterizan por tener un gran peso y luchar casi desnudos, cubiertos solamente por un tapa rabos o mawashi.
El color de esta indumentaria hace una diferencia de categorías, por ejemplo los de mayor rango visten los blancos, mientras que los más jóvenes los negros.
Como dato curioso, los mawashi no suelen lavarse, ya que se dice que es de mala suerte, por lo que tras cada entrenamiento sólo se pone al sol para que se ventile y seque.

No hay que confundirse con el volumen de estos deportistas, ya que mantienen una estricta preparación que los mantiene atléticos todo el tiempo y entrenan a diario para ser los mejores y participar en los torneos nacionales.

En Japón existen Centros de Alto Rendimiento exclusivos para quienes practican este deporte, en esas instalaciones los luchadores viven como una gran familia con el mentor y realizan una estricta rutina que comienza a las 06.00 de la mañana con un entrenamiento en la arena, siempre semi-desnudos tanto en invierno como en verano.
Al finalizar cada entrenamiento que dura unas cuatro horas, los rikishi ordenan el dohyo, barriendo sutilmente la arena y colocando un montoncito de arena con una bandera en el centro para su purificación. Después, se dirigen a la peluquería donde un experto se encarga de arreglar sus peinados y dejar amarrados sus cabellos con un aceite especial y lazos.


Alrededor del medio día van a almorzar y lo hacen a lo grande, consumiendo guisados de verduras y carnes con al menos 5 tazones de arroz, algo que termina siendo parte del proceso de formación, posterior a esto, se disponen a tener una siesta de unas cuatro horas para después cenar, ver la televisión y prepararse para otro día de esta rutina.


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